Una vez más se está considerando la posibilidad de eliminar el controvertido impuesto a los vehículos de lujo (LCT) de Australia como parte de las negociaciones en curso sobre el acuerdo de libre comercio (TLC) con la Unión Europea. El posible cambio podría conducir a precios más bajos para los vehículos fabricados en Europa en el mercado australiano.
La compensación: LCT versus acceso agrícola
Actualmente, el gobierno recauda aproximadamente 1.210 millones de dólares anuales del LCT, previsto para el año financiero 2025-26. Sin embargo, este flujo de ingresos puede sacrificarse para garantizar un mayor acceso de las exportaciones agrícolas de la UE a Australia. La UE ha estado presionando para la abolición de la LCT desde 2018, vinculando su eliminación a concesiones comerciales más amplias. Aproximadamente el 40% de los ingresos del LCT proviene de las ventas de automóviles en Europa, lo que lo convierte en una importante moneda de cambio.
Un impuesto basado en el proteccionismo, ahora obsoleto
La LCT se introdujo originalmente a mediados de la década de 2000, reemplazando un antiguo impuesto mayorista sobre vehículos de lujo. Su propósito inicial era proteger la ahora desaparecida industria local de fabricación de vehículos de Australia. Dado que Holden, Toyota y Ford cesaron la producción nacional en 2017, la justificación original del impuesto se ha evaporado. Los críticos argumentan que ahora es discriminatorio y se aplica sólo a bienes considerados “de lujo” sin paralelos más amplios en el sistema fiscal australiano.
Actualmente, la LCT se aplica a vehículos que cuestan más de 80.567 dólares (o 91.387 dólares para modelos de bajo consumo con un consumo inferior a 3,5 l/100 km), añadiendo un recargo del 33 % sobre el importe que supere el umbral. Esto se suma al impuesto de timbre y las tarifas de registro existentes.
Rechazo de la industria y consecuencias no deseadas
La Cámara Federal de Industrias Automotrices (FCAI) ha abogado durante mucho tiempo por la eliminación de la LCT, calificándola de un “freno de mano” obsoleto que dificulta el acceso a tecnologías avanzadas de seguridad y eficiencia de combustible. El impuesto afecta desproporcionadamente a determinados modelos, como todas las variantes del Toyota LandCruiser Serie 300.
Curiosamente, la existencia del LCT también puede estar impulsando la demanda de vehículos de doble cabina como el Toyota HiLux y el Ford Ranger. Estos vehículos están exentos del impuesto, lo que contribuye a su dominio en las listas de ventas desde 2015. Los expertos del Instituto de Australia sugieren que esto incentiva la compra de vehículos más grandes y menos eficientes en combustible.
Implicaciones estratégicas y contexto más amplio
El TLC con la UE también es estratégicamente importante para asegurar el acceso a los minerales de tierras raras de Australia. Las recientes interrupciones en la cadena de suministro con China, que obligaron a detener la producción en las plantas de Volkswagen, subrayan la necesidad de fuentes diversificadas. Australia ya tiene acuerdos de libre comercio con Japón, Tailandia, China y Corea, y están en marcha negociaciones con la India.
El destino de la LCT está ahora estrechamente vinculado a una dinámica comercial más amplia. Su eliminación podría reducir los costos de los vehículos para los consumidores, pero requeriría concesiones en las exportaciones agrícolas. El debate pone de relieve la tensión entre proteger los ingresos internos y fomentar el comercio internacional.
