Recientemente, un Mazda RX-7 poco común y ampliamente personalizado no logró encontrar comprador en una subasta, lo que resalta los riesgos de modificaciones radicales en el mercado de autos de colección. Si bien el FD RX-7 de tercera generación es famoso por su diseño atemporal, la transformación agresiva de este ejemplo en particular puede haber disuadido a posibles postores.
Kit de carrocería radical inspirado en Porsche
El RX-7 en cuestión cuenta con un kit de carrocería RE-Amemiya AC987, que altera drásticamente la apariencia del automóvil. El kit incluye parachoques delantero y trasero personalizados, faldones laterales y un alerón trasero fijo. En particular, los faros emergentes originales han sido reemplazados por un diseño que imita los de un Porsche 911. Los espejos se trasladaron a los paneles de los cuartos delanteros, una modificación clásica de JDM.
El tren motriz permanece intacto
A pesar de la extensa carrocería, el coche conserva su motor rotativo biturbo de 1,3 litros original, que produce 252 caballos de fuerza. El tren motriz parece ser original de fábrica, lo cual es inusual para un vehículo con modificaciones visuales tan extensas. El tablero está firmado por la leyenda del drift Keeichi Tsuchiya, lo que añade un detalle único.
Riesgos del mercado de coleccionistas
La fallida subasta sugiere que los automóviles muy modificados, incluso aquellos con piezas deseables, pueden no atraer a los coleccionistas que buscan originalidad. Si bien las modificaciones del mercado de accesorios son extensas, el hecho de que el motor permanezca intacto podría haber sido un punto a su favor. Sin embargo, la parte delantera inspirada en Porsche probablemente alienó a los entusiastas que prefieren el aspecto clásico del RX-7.
Este caso demuestra que las modificaciones deben alinearse con las preferencias del coleccionista ; de lo contrario, incluso los vehículos raros pueden tener dificultades para venderse. El mercado premia tanto la originalidad como la personalización con buen gusto, pero las transformaciones extremas pueden disminuir el valor de un automóvil.































































