La industria automotriz del Reino Unido está rechazando una propuesta de impuesto de pago por milla para los vehículos eléctricos (EV), argumentando que dicha política socavaría los esfuerzos para acelerar la adopción de los vehículos eléctricos. Mike Hawes, director ejecutivo de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT), formuló una dura crítica del posible impuesto durante la cena anual de la organización, dirigiéndose directamente al Secretario de Negocios y Comercio, Peter Kyle.
El momento importa
Hawes enfatizó que introducir ahora un impuesto basado en el kilometraje sería contraproducente. Los fabricantes ya están bajo presión para cumplir objetivos de ventas de vehículos eléctricos cada vez más ambiciosos, y un nuevo impuesto podría disuadir a los consumidores de cambiarse a coches eléctricos. El mensaje central era claro: incentivar las compras de vehículos eléctricos, no castigarlos. Hawes argumentó que el aumento de las ventas de vehículos eléctricos conduciría en última instancia a mayores ingresos fiscales y creación de empleo.
Incentivos frente a tarificación de carreteras
El gobierno introdujo recientemente la subvención para vehículos de cero emisiones, una medida que Hawes reconoce como “exactamente lo correcto”, a pesar de las imperfecciones. Sin embargo, advierte que el plan de tarificación de carreteras propuesto (un cargo de 12 peniques por milla destinado a compensar la pérdida de ingresos por impuestos sobre el combustible) necesita justificación.
“Será mejor que el anuncio del precio de la carretera venga con un recibo, porque querrán devolverlo”.
Esto se debe a que la política podría revertir los recientes avances en el interés por los vehículos eléctricos, impulsados por subvenciones gubernamentales y acuerdos competitivos de los fabricantes. El SMMT sugiere que si el gobierno quiere recaudar más ingresos fiscales, el mejor enfoque es fomentar las ventas de vehículos eléctricos, no gravarlos hasta convertirlos en obsolescentes.
El panorama más amplio
El debate sobre los impuestos a los vehículos eléctricos pone de relieve una cuestión más amplia: cómo mantener los ingresos del gobierno a medida que disminuye el consumo de combustible. Actualmente, el impuesto al combustible contribuye significativamente a la base imponible del Reino Unido. A medida que los vehículos eléctricos se vuelvan más comunes, este flujo de ingresos se reducirá, lo que obligará a los responsables políticos a buscar alternativas.
El impuesto de pago por milla propuesto es una posible solución, pero los líderes de la industria temen que sea contraproducente. La medida corre el riesgo de alienar a los consumidores y ralentizar la transición a la movilidad eléctrica en un momento crítico. Plantea la cuestión de si el gobierno del Reino Unido está realmente comprometido a apoyar los vehículos eléctricos o simplemente está buscando formas de recuperar los ingresos perdidos a expensas del progreso ambiental.
La respuesta de la industria automotriz subraya el delicado equilibrio entre la política fiscal y los objetivos ambientales. Si se implementa, este impuesto podría remodelar el panorama de los vehículos eléctricos en el Reino Unido y sentar un precedente para futuros modelos de impuestos al transporte.






























































